
Cientos de personas se congregaron en la prisión de Saydnaya, en Damasco, para exigir información sobre detenidos en celdas subterráneas.
Este recinto, símbolo de la represión del régimen de Bashar al-Assad, fue rodeado por el Ejército Sirio Libre, que busca erradicar las prácticas abusivas asociadas a su historia.
Investigaciones recientes revelaron la existencia de una prisión subterránea de cuatro niveles, donde miles de personas habrían estado recluidas en condiciones inhumanas. Entre los hallazgos se encontraron nudos de horca, evidencia de ejecuciones sumarias.
En este escenario, los rebeldes anunciaron una amnistía para los conscriptos del régimen, asegurando su protección.
La caída de Assad, tras la toma de Damasco por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), marca un hito en la historia de Siria, mientras analistas estudian el impacto de estos acontecimientos en la región.