
El gobierno ruso ha impuesto una multa a Google por una cifra sin precedentes: 20 decillones de dólares, el equivalente a 20.000 millones de billones de dólares. La medida responde a la negativa de la empresa tecnológica de eliminar contenido que, según el Kremlin, difunde desinformación relacionada con la invasión de Ucrania.
Esta sanción simboliza la intensificación de la presión ejercida por Moscú sobre las plataformas digitales para que cumplan con sus políticas de control de información.
Aunque el monto es impráctico y se percibe más como una advertencia que como una medida ejecutable, esta decisión representa un nuevo hito en la creciente regulación de contenido en internet en Rusia y destaca los desafíos de las plataformas globales frente a las políticas de censura de ciertos gobiernos.