
Washington / Moscú.— En tiempos normales, el movimiento de submarinos nucleares sería tema de máxima discreción militar. Pero en la era Trump, basta un post en redes sociales para convertir una amenaza atómica en tendencia mundial. Esta vez, el presidente de Estados Unidos anunció —desde Truth Social— que ordenó desplegar dos submarinos nucleares “en regiones apropiadas”, en respuesta a unas declaraciones del ex presidente ruso Dmitri Medvédev.
El funcionario ruso, ahora vicepresidente del Consejo de Seguridad, había advertido que los ultimátums de Trump sobre Ucrania podrían escalar hacia una guerra directa con EE.UU., y, fiel al estilo del Kremlin, dejó caer referencias veladas al arsenal nuclear ruso. Trump, como si de un juego de ajedrez en línea se tratara, respondió: “las palabras importan”… y acto seguido colocó submarinos nucleares en alerta. Porque, claro, nada calma las tensiones internacionales como una amenaza estratégica en redes sociales.
Desde Moscú respondieron con tono sobrio pero punzante. Un diputado ruso afirmó que esos submarinos “ya están bajo control visual”, como quien dice: “sabemos dónde están, no nos asustan”. La OTAN, mientras tanto, observa en silencio. Y el mundo, una vez más, se pregunta si estamos a una frase mal dicha de convertir un berrinche geopolítico en una crisis nuclear real.