
Escocia.— En una jugada que ha desatado tanto aplausos como críticas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciaron un acuerdo comercial que pone fin a semanas de tensión arancelaria entre ambas potencias. El pacto, firmado en el resort Turnberry de Trump en Escocia, establece un arancel fijo del 15% a las importaciones europeas, lo que evitará la temida guerra comercial transatlántica.
Según Trump, este es
“el negocio más grande jamás hecho”
entre EE.UU. y la Unión Europea. Aseguró que la UE se comprometió a compras masivas de gas, armas y automóviles estadounidenses, además de inversiones por 600 mil millones de dólares en territorio norteamericano. Von der Leyen, por su parte, calificó el resultado como
“el mejor posible dadas las circunstancias”,
aunque reconoció que el acuerdo se logró bajo fuerte presión de Washington.
La noticia ha incendiado las redes sociales, donde usuarios debaten si el acuerdo representa una victoria diplomática o una capitulación europea. En X (antes Twitter), las etiquetas #TradeWar y #TrumpDeal se volvieron tendencia, con mensajes que van desde la celebración del liderazgo estadounidense hasta duras críticas al proteccionismo y al estilo Trump de negociar.
Este nuevo capítulo en las relaciones comerciales globales marca un giro en la política internacional, con posibles repercusiones en cadenas de suministro, precios y empleos a ambos lados del Atlántico. Para algunos, Trump logró imponer sus condiciones; para otros, la UE simplemente evitó un mal mayor.