
El Día Internacional de la Mujer se conmemora cada 8 de marzo como un recordatorio de la lucha histórica por la igualdad, los derechos y la justicia para las mujeres en todo el mundo. No es una celebración ni un día para felicitaciones, flores o regalos, sino una jornada de reflexión, memoria y exigencia para erradicar la violencia de género y la discriminación.
El origen de la conmemoración
Este día tiene su raíz en los movimientos obreros del siglo XX, cuando miles de mujeres alzaron la voz por mejores condiciones laborales y el derecho al voto. Uno de los eventos más recordados ocurrió en 1908 en Nueva York, cuando trabajadoras textiles se declararon en huelga exigiendo reducción de jornada laboral, salarios justos y el fin del trabajo infantil. Durante esta protesta, un incendio en la fábrica donde se encontraban dejó más de 120 mujeres muertas, muchas de ellas encerradas dentro del edificio.
A partir de entonces, el 8 de marzo se convirtió en un símbolo de lucha y resistencia, formalizado por la ONU en 1977 como el Día Internacional de la Mujer, promoviendo la equidad de género y la visibilización de las problemáticas que aún persisten.
La lucha sigue
A pesar de los avances, las mujeres siguen enfrentando brechas salariales, violencia de género, feminicidios, falta de acceso a oportunidades y discriminación en distintos ámbitos. El 8M es un día para exigir justicia, alzar la voz por quienes ya no pueden hacerlo y trabajar por un futuro donde todas puedan vivir en igualdad y sin miedo.
Hoy, miles de mujeres marchan en todo el mundo para demandar cambios estructurales y recordar que la lucha aún no termina. El 8M es un día de memoria, resistencia y exigencia de derechos.