
El 13 de febrero de 2025, los ministros de Defensa de la OTAN se congregaron en Bruselas en su primera reunión desde el retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. El encuentro se centró en evaluar y coordinar el apoyo continuo a Ucrania frente a la invasión rusa, así como en abordar otros desafíos de seguridad en la región.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, afirmó que los planes de paz estadounidenses para el conflicto en Ucrania no son “una traición” a Kiev, subrayando la inversión de Washington en estabilizar el frente tras la agresión rusa, y llamó a una salida negociada.
Sin embargo, líderes europeos expresaron su preocupación por posibles negociaciones entre Estados Unidos y Rusia que excluyan a Europa y Ucrania. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, enfatizó que Ucrania no aceptará ninguna negociación bilateral que la excluya, subrayando la importancia de su participación en cualquier proceso de paz.
La ministra de Defensa de España, Margarita Robles, reiteró el compromiso de España con la OTAN y con Ucrania, destacando que “Ucrania y los ucranianos son los que tienen que decidir su propio destino”. Robles subrayó que el apoyo a Ucrania se mantendrá el tiempo que sea necesario, ya que es una vía para alcanzar la paz.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, insistió en que las negociaciones de paz en Ucrania deben llevarse a cabo de manera que no se interpreten como una derrota para Occidente, enfatizando la importancia de asegurar que Ucrania esté en la mejor posición posible para que las conversaciones de paz puedan concluir exitosamente.
Esta reunión subraya las tensiones y desafíos actuales dentro de la OTAN, especialmente en relación con la coordinación entre Estados Unidos y sus aliados europeos en la estrategia hacia el conflicto en Ucrania y las futuras negociaciones de paz.
