
La crisis en Pemex ha quedado en evidencia por dos frentes: refinerías en Estados Unidos han rechazado cargamentos de crudo mexicano por problemas de calidad, y en la conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum fue confrontada por una periodista de Reuters que puso en duda las cifras oficiales de producción.
Durante la mañanera, la reportera Ana Isabel Martínez cuestionó a Sheinbaum sobre el incumplimiento de las metas de producción de Pemex. Mientras la presidenta aseguraba que la petrolera estaba dentro de lo proyectado, la periodista presentó cifras oficiales que indicaban una producción de solo 1.3 millones de barriles diarios en diciembre de 2024, por debajo de las expectativas. La mandataria, incómoda, evitó profundizar en el tema, generando dudas sobre la transparencia gubernamental.
A este golpe se suma el rechazo de refinerías estadounidenses a crudo mexicano debido a un exceso de agua en la mezcla, lo que ha llevado a estas empresas a optar por otros proveedores como Colombia y Canadá. Sheinbaum ha prometido solucionar este problema en 10 días, pero expertos advierten que podría ser una señal de fallas estructurales en Pemex más que un incidente aislado.
Estos dos hechos han puesto en entredicho la narrativa del gobierno sobre la estabilidad de Pemex. Mientras Sheinbaum defiende la gestión de la petrolera, los problemas en calidad del crudo y la falta de claridad en las cifras de producción revelan una realidad más complicada. ¿Se trata de fallas técnicas corregibles o de una crisis más profunda que el gobierno intenta minimizar?