
En un hecho sin precedentes, el presidente surcoreano Yoon Suk-yeol ha sido arrestado bajo acusaciones de insurrección, corrupción y abuso de poder. La detención se produjo en la residencia presidencial de Seúl, tras un operativo que enfrentó resistencia de sus simpatizantes y del Servicio de Seguridad Presidencial.
Yoon, quien había declarado la ley marcial el 3 de diciembre de 2024 en un intento fallido por mantenerse en el poder, fue destituido por la Asamblea Nacional poco después. Las autoridades surcoreanas, incluyendo la Oficina de Investigación de Corrupción para Altos Funcionarios, solicitaron una orden de arresto en su contra, alegando que su decreto de ley marcial constituía una rebelión.
La crisis política en Corea del Sur ha generado preocupación a nivel internacional. Analistas señalan que esta situación podría debilitar la influencia de Estados Unidos en la región, considerando a Yoon como un aliado clave de Washington. Al mismo tiempo, se especula que China podría aprovechar la inestabilidad para fortalecer su posición en Asia Oriental.
La detención de Yoon marca la primera vez en la historia democrática de Corea del Sur que un presidente en ejercicio es arrestado. El Tribunal Constitucional está evaluando la legalidad de su destitución, y se espera que el juicio se reanude en los próximos días.
La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de los acontecimientos en Corea del Sur, atentos a las implicaciones geopolíticas que esta crisis podría desencadenar en la región y en las relaciones entre las principales potencias mundiales.
