
Mientras millones de mexicanos siguen apretándose el cinturón, Andy López Beltrán —hijo del expresidente AMLO y operador de Morena— fue captado saliendo de la boutique Prada en el distrito más exclusivo de Tokio, Aoyama. Las fotos, difundidas por el periodista Claudio Ochoa Huerta, muestran al joven acompañado por dos personas y vestido como si nadie fuera a notarlo… pero las redes no perdonan.
La imagen bastó para encender la furia digital. Usuarios cuestionaron qué tan republicana es la “austeridad” cuando uno de los rostros del obradorismo pasea por boutiques de lujo. Las burlas no tardaron: “Morena Tour” se volvió tendencia, junto con comparaciones entre el discurso de la 4T y la realidad de sus protagonistas. Prada, Tokio, hoteles de $16 mil la noche… ¿y la humildad?
Por supuesto, no faltaron los defensores. Noroña habló de clasismo, el hermano de Andy justificó su ausencia en actividades del partido, y Sheinbaum, entre líneas, recordó que el poder se ejerce con humildad. Pero el silencio del protagonista dice más que cualquier comunicado. No se necesita un cargo público para representar a un movimiento… ni para ponerlo en ridículo.
El problema no es el viaje ni las compras. El problema es el doble discurso. ¿No que el gobierno no era para fifís? ¿No que primero los pobres? A juzgar por las imágenes, primero está Prada.