
Washington, D.C., 8 de julio de 2025.— En un contexto de alerta para el sector ganadero mexicano, el estado de Chihuahua expuso esta semana en Estados Unidos las estrategias implementadas para proteger su estatus sanitario ante la amenaza del gusano barrenador del ganado (GBG), una plaga que ya ha afectado a seis estados del sur del país y que motivó restricciones comerciales por parte del gobierno estadounidense.
El encuentro se realizó entre autoridades estatales, representantes de la Secretaría de Desarrollo Rural y productores chihuahuenses, con el director del Servicio de Salud para Animales y Plantas del USDA, Michael Watson. El objetivo: fortalecer la colaboración binacional para mantener a Chihuahua libre del parásito y garantizar la continuidad de las exportaciones de ganado en pie, vitales para la economía del estado.
Sanidad ganadera en juego
El gusano barrenador, plaga erradicada en el pasado, ha vuelto a ser una amenaza tras su detección en regiones del sur de México. Si bien Chihuahua no ha presentado casos, el riesgo de propagación ha encendido alertas en un estado donde la ganadería representa una fuente directa de ingreso para más de 20 mil familias y genera miles de empleos vinculados a exportación, rastros, engorda y transporte.
Como parte de las acciones de contención, el estado anunció:
- La inversión de 20 millones de pesos en un programa integral de prevención, control y vigilancia.
- La conformación de un Grupo Estatal para el Control del GBG.
- La capacitación de más de 3,400 productores en 46 municipios sobre medidas sanitarias y detección.
- La contratación de personal técnico certificado para la inspección y seguimiento de casos sospechosos.
Cooperación binacional o represalias comerciales
Aunque se presentaron estas medidas como parte de un frente sanitario sólido, la gran incógnita sigue siendo si estos esfuerzos resultarán suficientes y permanentes, o si se trata de respuestas temporales ante la presión comercial impuesta desde el cierre parcial de la frontera a exportaciones mexicanas.
Especialistas del sector y miembros de la Unión Ganadera Regional de Chihuahua han insistido en que la verdadera defensa del hato ganadero no solo pasa por la inversión estatal, sino por mantener canales abiertos y transparentes con el USDA, así como una vigilancia continua y participación activa de los productores.
Durante la reunión, se acordó mantener el intercambio de información en tiempo real y fortalecer la incorporación de tecnología para detección temprana, con el fin de evitar que la plaga llegue al norte del país, lo que pondría en riesgo los certificados sanitarios que permiten exportaciones hacia Estados Unidos.
¿Acciones reales o sólo discurso?
Productores consultados por Eco del Norte advierten que, si bien las reuniones y estrategias son un paso importante, el sector necesita más que declaraciones. El reto está en garantizar que los programas lleguen hasta los pequeños ganaderos, donde muchas veces faltan recursos para cumplir con los protocolos técnicos.
“El problema no es lo que se dice en Washington, sino si realmente se aplican esas medidas aquí en los ranchos, en los ejidos. Sin vigilancia comunitaria y apoyo técnico permanente, el riesgo sigue latente”, señaló un productor de Jiménez que exporta ganado en pie desde hace una década.
