
Los Ángeles, 11 de junio de 2025.— Las deportaciones express y operativos sorpresa de ICE han desatado una ola de terror e indignación. Detrás de cada redada hay familias enteras desgarradas, vidas laborales en pausa y comunidades que se aferran al miedo más profundo.
Testimonios que estremecen
De entre la multitud que protestaba en Downtown, emergió una voz poderosa captada por El País México:
“Salimos a las calles porque nuestros padres han vivido en las sombras toda su vida”.
Angel y Josué, inmigrantes guatemaltecos que trabajan en un Home Depot local, describieron el momento en que ICE llegó:
“Lo hicieron vestidas de negro, con chalecos antibalas y pasamontañas… fue un terror sin sentido”.
Una fuente consultada por NPR en el Valle de San Fernando explicó el impacto cotidiano:
“Mi esposa y yo decidimos no comprar más frutas… preferimos no exponernos”.
Estas voces hablan de miedo, de caos, de una comunidad obligada a elegir entre el sustento y el riesgo constante.
Contexto brutal
Las redadas, que suman al menos 118 detenidos en todo California (45 solo en L.A.) incluyeron arrestos en lugares tan comunes como estacionamientos de Home Depot y lavaderos de autos, donde eran atrapados trabajadores esenciales y padres de familia. Los reportes indican deportaciones arbitrarias: “algunos sin historial criminal, deportados en cuestión de horas”.
El despliegue militar —2,000 miembros de la Guardia Nacional y 700 marines—, fue condenado como “inconstitucional” por Gavin Newsom, mientras Karen Bass imponía toque de queda.
Furia y resistencia
Las protestas ya se internacionalizaron: desde L.A. a ciudades como Nueva York, Chicago y Seattle, la solidaridad contra las redadas estalló en las calles. En L.A., estudiantes y familias bloquearon la autopista 101, ondeando banderas de México y gritando “¡Sin nosotros, este país no es nada!”.
Activistas como Perla Ríos denunciaron la ausencia de debido proceso, mientras organizaciones como la ACLU denunciaron las redadas como “secuestros” de trabajadores inocentes.
Trump, ¿quién se lo debía?
El muro férreo del populismo ha sido levantado sobre el sudor latino. Sin embargo, la evidencia es clara: la economía y estructura de EE.UU. descansan en gran parte sobre el esfuerzo de inmigrantes sin documentos.
Mientras Donald Trump ignora esa realidad y celebra estos operativos como “protección nacional”, millones de vidas reales siguen siendo las que sostienen el país.
Conclusión indignada
Estas redadas no solo son operaciones migratorias: son golpes políticos y sociales que destruyen familias y erosionan la justicia. Cada voz encadena una demanda urgente: alto a las deportaciones express, cese del despliegue militar, y respeto por el derecho humano de nuestras comunidades latinas en Estados Unidos.
Sí, sin nuestros paisanos este país no se levanta. Y aún así, Trump sigue de espaldas.
