
Washington, D.C.— El presidente Donald Trump firmó este miércoles una nueva orden ejecutiva que prohíbe completamente la entrada a Estados Unidos a ciudadanos de 12 países y restringe el acceso para otros siete, entre ellos Cuba y Venezuela. La medida, que entrará en vigor el 9 de junio, fue justificada como un esfuerzo por “proteger al país de terroristas extranjeros”, aunque ha despertado fuertes críticas por su carácter discriminatorio.
Los países con veto total incluyen a Afganistán, Irán, Yemen, Somalia, Sudán, Libia, Chad, Haití, Eritrea, Guinea Ecuatorial, República del Congo y Birmania. En estos casos, se suspende todo tipo de visa, tanto de inmigrantes como de visitantes. Para naciones como Cuba y Venezuela, se limitan visas de turismo, negocios y estudio, alegando deficiencias en los sistemas de identificación y cooperación en repatriaciones.
La Casa Blanca relacionó esta decisión con un reciente ataque incendiario en Boulder, Colorado, atribuido a un extranjero con visa vencida. Aunque su país de origen (Egipto) no está en la lista, el hecho fue citado como ejemplo de las amenazas que, según Trump, justifican las nuevas restricciones.
La orden contempla excepciones para residentes permanentes, atletas internacionales y casos humanitarios, pero organizaciones de derechos civiles y líderes políticos han advertido que estas políticas reavivan un enfoque migratorio excluyente y electoral. Mientras la campaña presidencial se intensifica, la pregunta es clara: ¿estamos ante un nuevo muro invisible?