
Temixco, Morelos.– El 30 de abril fue ejecutado Iván Morales Corrales, Policía Federal condecorado y sobreviviente del atentado en Jalisco en 2015, en el que un helicóptero fue derribado por el Cártel Jalisco Nueva Generación. Diez años después, el CJNG volvió por él… y esta vez lo alcanzó.
Iván fue un símbolo de resistencia. Sobrevivió con el 70% de su cuerpo quemado, fue condecorado por el expresidente Peña Nieto, y este marzo de 2025 tuvo el valor de declarar como testigo clave en el juicio contra Rubén Oseguera González “El Menchito”, ayudando a que se le dictara cadena perpetua en Estados Unidos.
¿Cómo es posible que, tras su testimonio, el Gobierno de México lo dejara sin protección alguna? ¿Por qué Estados Unidos no ofreció integrarlo al programa de testigos protegidos? La omisión costó una vida que ya había sobrevivido lo impensable.
Iván no solo fue un agente. Fue un padre, un guerrero y un sobreviviente. Su ejecución no es un crimen cualquiera: es un mensaje del narco y una vergüenza para los gobiernos que no lo cuidaron.
El CJNG ganó otra vez. Y lo hizo con absoluta impunidad.


