
Un inesperado apagón masivo dejó sin electricidad a más de 60 millones de personas este lunes 28 de abril en España, Portugal, Andorra y parte del sur de Francia, provocando caos en servicios esenciales como transporte, comunicaciones y hospitales. El corte inició cerca de las 12:32 p.m. y se prolongó durante varias horas, afectando trenes de alta velocidad, aeropuertos, líneas de metro e incluso el torneo de tenis Mutua Madrid Open.
La causa preliminar apunta a una fuerte oscilación en el flujo energético que provocó una desconexión automática de la red eléctrica ibérica del sistema europeo. Aunque se han descartado ciberataques o fenómenos meteorológicos, aún no se ha identificado un origen definitivo. Para las 11 de la noche, apenas se había restablecido poco más de la mitad de la demanda eléctrica, con recuperación total hasta la mañana del martes 29.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, activó una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional y varios gobiernos regionales decretaron el nivel 3 de emergencia. En paralelo, la Comisión Europea y autoridades portuguesas han solicitado una auditoría urgente para investigar el incidente, que puso en evidencia la vulnerabilidad de la infraestructura energética en el continente.
Aunque el suministro ya está restablecido, el susto dejó una lección clara: Europa no está tan blindada como parecía frente a fallos sistémicos en su red eléctrica.