
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a sacudir el tablero internacional al anunciar un arancel general del 10% a todas las importaciones, apuntando con más fuerza a aquellos países con los que su país mantiene mayor déficit comercial. Y como si no fuera suficiente, exigió públicamente la destitución del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.
Durante una reunión en Washington con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, Trump dejó claro que su política es “América primero, y los demás que se ajusten”. Meloni, cautelosa, pidió eliminar aranceles industriales entre la Unión Europea y EE.UU., aunque aclaró que no puede decidir por Bruselas.
La respuesta de China no se hizo esperar: acusó a EE.UU. de “intimidación económica” y advirtió represalias. Mientras tanto, la Organización Mundial del Comercio ya calcula una posible caída del 0.2% en el comercio global este año… y hasta un desplome del 7% si el pleito escala.
Analistas ya comparan este escenario con los años previos a la Segunda Guerra Mundial: proteccionismo, caos financiero y tensiones geopolíticas. Lo que se suponía una simple “negociación comercial” ahora huele a crisis internacional.
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