
En las últimas semanas, Coca-Cola ha enfrentado un boicot por parte de la comunidad latina en Estados Unidos debido a rumores que afirman que la empresa denunció a sus empleados inmigrantes al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Aunque la compañía ha negado categóricamente estas acusaciones, calificándolas de “inequívocamente falsas”, el movimiento de protesta ha ganado fuerza, especialmente entre los migrantes mexicanos.
En contraste, Pepsi ha aprovechado la situación para expresar su apoyo a la comunidad inmigrante. Diversos videos en redes sociales muestran mensajes de agradecimiento de Pepsi hacia los latinos por su preferencia y lealtad. Esta estrategia ha fortalecido la relación de la marca con este segmento de consumidores, quienes han decidido cambiar su preferencia hacia Pepsi en respuesta a las controversias que rodean a Coca-Cola.
Es importante destacar que, según verificaciones recientes, no existen pruebas de que Coca-Cola haya reportado a sus trabajadores inmigrantes al ICE. Sin embargo, la percepción pública y la difusión de información no verificada han influido en las decisiones de consumo de la comunidad latina, beneficiando a Pepsi en este contexto.
Este fenómeno pone de manifiesto cómo las dinámicas sociales y la información en redes pueden impactar significativamente las preferencias de los consumidores y el posicionamiento de las marcas en mercados clave.