
En 2007, un equipo de arqueólogos liderado por Elena Maria Menotti realizó un hallazgo conmovedor cerca de Mantua, Italia: dos esqueletos humanos, de aproximadamente 6,000 años de antigüedad, enterrados en un abrazo eterno. Apodados los “Amantes de Valdaro”, estos restos pertenecen a un hombre y una mujer, ambos de no más de 20 años y alrededor de 1,57 metros de estatura.
Los esqueletos fueron encontrados frente a frente, con los brazos y piernas entrelazados, una postura que sugiere una conexión íntima entre ellos. Junto al esqueleto masculino se halló una punta de lanza cerca del cuello, mientras que el femenino presentaba una hoja de sílex a lo largo del muslo y dos cuchillos de sílex bajo la pelvis. Sin embargo, tras un análisis osteológico detallado, no se encontraron evidencias de muerte violenta, lo que indica que estas herramientas podrían haber sido incluidas como ofrendas funerarias.
Para preservar la integridad de la escena, los arqueólogos decidieron extraer el bloque de tierra que contenía los esqueletos sin separarlos. Este bloque fue trasladado al Museo Arqueológico Nacional de Mantua, donde, tras varios años de análisis y conservación, los “Amantes de Valdaro” fueron exhibidos al público por primera vez en septiembre de 2011. Desde abril de 2014, se encuentran en exhibición permanente en una vitrina especial dentro del museo.
Este descubrimiento no solo aporta información valiosa sobre las prácticas funerarias del Neolítico, sino que también ha capturado la imaginación del público, convirtiéndose en un símbolo perdurable de amor eterno que trasciende el tiempo.
