
El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que elimina las restricciones al uso de popotes de papel en Estados Unidos y restablece el uso de plástico, argumentando que los ecológicos “no funcionan” y que los ciudadanos merecen opciones “más resistentes y efectivas”.
La medida ha generado indignación entre ambientalistas, quienes advierten que esto aumentará la contaminación en los océanos, mientras que sus seguidores la celebran como una victoria contra lo que consideran una “excesiva regulación progresista”.
¿Defensor del plástico o una distracción política?
En un contexto donde hay temas de mayor urgencia en la agenda política, la decisión ha sido interpretada por algunos analistas como una estrategia de distracción o un intento de apelar a su base electoral con posturas simbólicas.
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