
El pasado viernes 7 de febrero, un niño de 7 años perdió la vida en Ayehualulco, municipio de Zacatlán, Puebla, tras sufrir acoso constante en su escuela. Según su familia, era víctima de burlas y agresiones por parte de compañeros, e incluso mencionan que una maestra participó en estos actos. A pesar de que su abuela denunció la situación en varias ocasiones, aseguran que la escuela no tomó medidas para protegerlo.
Este caso ha generado indignación en la comunidad, donde padres de familia exigen justicia y acciones inmediatas para evitar que tragedias como esta se repitan. La comunidad escolar y vecinos del municipio se han unido para demandar una investigación exhaustiva y sanciones para los responsables, incluyendo posibles omisiones por parte del personal docente y administrativo de la institución.
Ante la presión social, la Secretaría de Educación Pública ha anunciado la apertura de una investigación para esclarecer lo ocurrido y reforzar los protocolos contra el bullying en las escuelas. Autoridades estatales han señalado que trabajarán en medidas para prevenir y atender casos de acoso escolar, con el fin de garantizar entornos seguros para los estudiantes.
Este lamentable suceso pone en evidencia la necesidad urgente de reforzar la prevención del acoso escolar y de garantizar que las denuncias sean atendidas de manera efectiva. Es fundamental que las instituciones educativas, los padres de familia y la sociedad en general trabajen en conjunto para generar ambientes seguros y de respeto, evitando que situaciones similares se repitan en el futuro.