
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado su intención de imponer un arancel del 25% a las importaciones mexicanas a partir del 1 de febrero de 2025. Esta medida busca presionar a México para reforzar su control sobre la migración y el tráfico de fentanilo, lo que podría generar un impacto significativo en sectores clave como el automotriz, agroindustrial y electrónico.
Además del impacto económico, esta decisión amenaza con tensar las relaciones bilaterales, ya que México ha colaborado con EE.UU. en materia de seguridad y migración. La imposición de aranceles se percibe como una medida unilateral que podría dificultar futuras negociaciones y afectar la estabilidad comercial en la región.
Ante esta amenaza, el gobierno mexicano evalúa opciones como la vía diplomática, la adopción de medidas comerciales en respuesta o la diversificación de mercados para reducir su dependencia de EE.UU. La incertidumbre persiste, pero México deberá fortalecer su estrategia para defender sus intereses económicos y comerciales.