
Una manifestación pacífica realizada en Culiacán para exigir justicia por la muerte de los menores Gael (de 12 años) y Alexander (de 9 años), víctimas de un ataque armado, culminó en disturbios al llegar al Palacio de Gobierno. Los manifestantes, quienes protestaban también por la creciente violencia en Sinaloa, exigían respuestas inmediatas del gobernador Rubén Rocha Moya, quien no salió a atenderlos.
La marcha, que inicialmente transcurrió de forma pacífica, se tornó tensa cuando los asistentes irrumpieron en el Palacio de Gobierno. Las puertas principales fueron derribadas, y el interior del recinto resultó con oficinas vandalizadas y mensajes de protesta en las paredes. La frustración de los ciudadanos refleja el hartazgo por la falta de acciones concretas contra la inseguridad que afecta a familias inocentes.
El incidente evidencia la urgencia de atender el reclamo social frente al aumento de la violencia en el estado.


