
Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, ha generado críticas internacionales tras insinuar el interés de su país en controlar Groenlandia y el Canal de Panamá por motivos estratégicos.
Groenlandia, clave por su ubicación en el Ártico y sus recursos minerales, ha recibido un contundente rechazo por parte de su primer ministro, Múte Egede, quien afirmó que la isla “no está en negociación”.
En el caso de Panamá, el presidente José Raúl Mulino y exmandatarios han declarado que la soberanía del canal es “innegociable”, recordando su relevancia como símbolo de independencia nacional y motor del comercio global.
Ambas naciones han contado con el respaldo de países como México, Colombia, China y Dinamarca, quienes condenaron el enfoque expansionista de Trump y reafirmaron su apoyo a la autodeterminación.
Este episodio evidencia la lucha de naciones más pequeñas por proteger su autonomía frente a las presiones de potencias globales.