
Después de cinco años de incesante búsqueda, Eddy Carrillo logró localizar los restos de su hijo, Erick Carrillo Álamo, quien desapareció el 1 de junio de 2019 en la colonia El Dorado, Tijuana.
El hallazgo se produjo en noviembre, en una fosa clandestina del Fraccionamiento El Lago, en la misma ciudad, donde pruebas de genética forense confirmaron con un 99.9% de coincidencia la identidad del cuerpo.
Sin recursos ni experiencia, Eddy se convirtió en un buscador incansable. Fundó la organización “Todos Somos Erick Carrillo”, la cual ha contribuido a la localización de alrededor de 1650 restos de víctimas de homicidio. La travesía incluyó la exploración de diversas zonas en Michoacán, Jalisco, Sonora y Baja California.
“Sí se pudo: Erick ya fue localizado. Estoy preparado; siempre supe que llegaría este día”, expresó Eddy, quien con su lucha ejemplifica el amor incondicional de un padre y la resistencia ante la incertidumbre. Su historia se convierte en un símbolo de esperanza para cientos de familias en situaciones similares.