La Catrina, creada por José Guadalupe Posada a inicios del siglo XX, nació como una crítica social hacia la aristocracia mexicana y aquellos que, en tiempos de Porfirio Díaz, aspiraban a una vida con influencias europeas, dejando de lado sus raíces mexicanas. El grabado original, denominado “La Calavera Garbancera,” mostraba una calavera con sombrero francés, reflejando la ironía de la muerte que, independientemente de la clase social, nos iguala a todos.
Décadas más tarde, el muralista Diego Rivera contribuyó a popularizar esta figura al representarla con elegancia en su obra “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”. Hoy en día, La Catrina se ha convertido en un ícono del Día de Muertos y simboliza una celebración de la vida que, con humor y respeto, honra a quienes ya no están.